El trabajo en esta obra consistió tanto en hacer nuevos diseños como alterar prendas ya existentes en el depósito del teatro y adaptarlas a esta función. Además de ajustar cada prenda a los actores, tuvimos que modificar el diseño de muchas otras, añadir diferentes acabados, desmontar otros y reparar desperfectos.
Esta obra exigía unas condiciones especiales en el vestuario ya que los actores se cambiaban las prendas en el escenario, a la vista de todos. Debían tener cierres y aberturas que facilitaran y aligerasen el proceso, de ahí el uso camuflado de cremalleras y velcros que no corresponden con el periodo histórico. Al ser una versión nueva y ecléctica de la obra, se nos permitió jugar con los contrastes y añadir estos detalles modernos a los antiguos.